- Por Tina Gardella para el Diario del Juicio
Foto: Escrache a Bussi-1998 - Archivo de H.I.J.O.S.
El próximo 13 de diciembre se conocerá la sentencia de
Ha
sido prácticamente un año de percepciones, sensaciones, emociones que nos
permitieron entender donde se fundan las sensibilidades y desde donde se
construyen las subjetividades; ésas…tan vulnerables a los acontecimientos de la
vida social y política.
Por
eso resuenan las palabras de Pablo Gargiulo que en su alegato se dirigió al
Presidente del Tribunal para decirle que
“desde una perspectiva histórica, esta
sentencia lleva la posibilidad de convertirse en algo más que una sentencia.
Tiene la posibilidad de convertirse en un Legado”. Y lo dice él, que como
hijo de padres desaparecidos, tiene además de lo afectivo-familiar, todo un
hueco generacional.
Legar
es testar, relatar, testimoniar. Es preguntarnos por nuestra propia señal de
estadía en este mundo. Todos legamos al transmitir la historia; la propia y la
general. Pero no todo configura Legado. Porque el legado sostiene una
historia que en este caso, es una historia de Memoria, Verdad, Justicia.
Nuestra
historia y memoria está signada por la forma que asumió la denuncia y el
reclamo y por la creación particular de estructuras significativas que
representaron el horror de la dictadura en el espacio público y en las instituciones.
Ese
Legado construido como memoria social
con las denuncias y búsqueda incansable, cobró nueva fuerza con la
sustanciación de los Juicios de Lesa Humanidad. En ese camino recorrido y de
avances de nuestras heridas en transformación, la Megacausa avanzó en el
proceso de sumar a esa memoria social, una clara memoria política: el
desaparecido fue desplazado de su rol de víctima y retomó su dimensión de
sujeto político, reconocido en su identidad de luchador popular.
Por
lo que en una comunidad donde la eliminación de ese “Otro” cobró saña operativa
en un plan sistemático de desaparición de personas en centros clandestinos,
impacta y conmueve ver y escuchar a un Hijo, abogado, querellante que
representa generacionalmente a tantos
otros Hijos con historia de desapariciones o no, pedir al tribunal que la
sentencia sea “Un Legado para las
generaciones futuras, que les permita creer a nuestros hijos y a nuestros
nietos, que la Argentina
es un país donde la impunidad no es la moneda con que se paga el sufrimiento de
las víctimas del terrorismo de estado”.
Al
encarnar él mismo un Legado, lo pide
y lo anhela. Estableciendo lo posible y lo deseado, da cuenta de una generación
que no está, que no renunció a sus proyectos y que en sus hijos representan no
sólo el amor a la vida que tenían, sino que además son de alguna manera, el Legado de sus sueños.
Legado que
recibimos nosotros y que pretendemos aportar en su construcción, entramando con
los profesores y estudiantes de comunicación, con los periodistas y familiares
y con H.I.J.O.S., otras percepciones y
otras valoraciones.
Percepciones
y valoraciones que permitan construirnos
con Memoria, Verdad, Justicia, en una comunidad como cultura en movimiento,
como futuro asequible, como presente inquietante.
Una
comunidad que, sencilla y simplemente, se enorgullezca de su Legado.
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